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Aprender a manejar el estrés

Todos sentimos estrés en algún momento, ya que es una reacción normal a un cambio o desafío. Pero el estrés que dura más de algunas semanas puede dañar tu salud. Evita que el estrés te enferme aprendiendo maneras saludables para manejarlo.

APRENDE A RECONOCERLO

El primer paso para manejar el estrés es reconocerlo. Es probable que te enojes o estés irritable, que no puedas dormir o que te duela la cabeza. Una vez que conozcas las señales podrás comenzar a manejarlo.

Además, identifica las situaciones que te provocan estrés. Estas situaciones se conocen como tensionantes. Tus tensionantes pueden ser la familia, la escuela, el trabajo, las relaciones, el dinero o los problemas de salud.

EVITA ALIVIO DEL ESTRÉS DE MANERAS POCO SALUDABLES

Evita comer en exceso, fumar cigarrillos, beber alcohol y consumir drogas y dormir demasiado o no dormir lo suficiente.

Estos comportamientos pueden ayudar a sentirte mejor en un principio, pero pueden hacerte más daño de lo que ayudan. En lugar de ellos, encuentra maneras saludables de reducir el estrés.


TÉCNICAS SALUDABLES PARA MANEJAR EL ESTRÉS

Reconocer que las cosas que no puede cambiar. Aceptar que no puedes cambiar ciertas cosas te permite dejarlas ir y no alterarte.

Evitar las situaciones estresantes. Por ejemplo, si tu familia discute en los días festivos, date un descanso y sal a caminar o encuentra la manera de alejarte de la fuente de estrés.

Hacer ejercicio. Al hacer ejercicio, el cerebro libera químicos que nos hacen sentir bien. También puede ayudar con la energía reprimida o frustración.

Hacer algo que disfrutes. Puede ser algo tan simple como leer un buen libro, escuchar música, ver su película favorita o salir a cenar con un amigo.

Aprender a decir que no. Si tu estrés viene de realizar demasiadas tareas en casa o en el trabajo, aprende a establecer límites. Pide ayuda a los demás cuando la necesites.

Conectar con los seres queridos. Pasar tiempo con familiares y amigos puede ayudar a sentirte mejor y olvidarte del estrés.

Dormir lo suficiente. Descansar ayuda a pensar con más claridad y a tener más energía.

Mantener una dieta saludable. Evitar los refrigerios con altos contenidos de azúcar. Consume muchas verduras, frutas, granos integrales, lácteos reducidos o libres de grasas y proteínas magras.